El Proto y su máquina de mirar chilangos

agosto 30, 2010

Loca ella, loco yo.

Filed under: Uncategorized — Protochilango @ 9:47 pm

El comedor de hotelito de cubanos aún conservaba algunas glorias del pasado, como su entarimado para las orquestas, sus paredes con murales de palmeras y añoranzas, sus dorados a la hoja y sus cortinados de terciopelo rojo. El hotelito se había vuelto con el tiempo un refugio de exiliados de variada nacionalidad. Lo exiguo de sus tarifas, lo abundante de su comida había ido arrimando una fauna de advenedizos y soñadores, de desarrapados rastafaris y despistados europeos que caían al hotelito del centro histórico.

La visión que tuvo el Proto lo dejó congelado en el penúltimo escalón. Su mujer estaba sentada en un costado del salón, leyendo una Travel + Leisure. Las pulseras le tintineaban cada vez que daba vuelta una página. No la recordaba así. La miró de lejos, tenía las curvas de la Loren, el cabello de Pamela, las uñas de Gatúbela, el carácter de Donald.

Ya no era ella  y si era ella, la reconoció en el gesto de agradecer mirando a los ojos con una sonrisa lenta de voz susurrante cuando le dejaron el té de rosas que había pedido. El Proto pudo confirmar que era ella y que alguien había colocado la cabeza de su delgada esposa en el cuerpo de una vedette.

En estas horas de la mañana casi nadie usaba tacos altos y menos sombreros blancos y semejantes escotes. El Proto estaba anonadado. En las conversaciones que tuvieron en estos años mujer le había ido diciendo que había cambiado en este tiempo que estuvieron separados, pero nunca imaginó semejante transformación.

El rusito lo animó a seguir mientras le explicaba que habían tramado todo para darle una sorpresa, que su mujer había llegado esa mañana, que tenía un plan para que le enderecen el chasis.

-Vos sabías rusito? Preguntó el Proto todavía sorprendido por las curvas de su mujer. Y no me contaste?

-Claro, si es la única forma de hacer las cosas. Dijo el ruso pensando en el viaje. Que vos no sepas, Proto.

El Proto tuvo el impulso de salir corriendo, de tomar la calle y desaparecer. Deseó no haber despertado. No sabía si tocarle el hombro, decirle hola, darle la mano o darle un beso. Habían sido muchos años de no verse. El Proto pasó al lado, tropezando con las sillas, arrastrando manteles de las mesas vecinas, volteando saleros, llegó al otro lado, apartó una silla, en silencio, dudando si sentarse o acomodar el desastre.

Ella levantó la mirada de la revista como si no hubieran pasado tantos años y vió a una sombra desgarbada del que fuera su esposo, coronada con una cabeza rapada con la mirada más triste y profunda que haya podido tener un perro abandonado, mojado y que se acerca rengueando.

Tras ese cuadro patético ella reconoció al Proto y gritó -Mi vidaaa! Se levantó escandalosamente, atropellando las sillas y abrazando al Proto, le dio una seguidilla de besos. El Proto no tuvo tiempo de reaccionar que su mujer ya estaba sentada de nuevo, moviendo la silla para que el Proto se siente a su lado y haciendo señas para venga el mozo.

El Proto se sentó queriendo aclarar todos estos malentendidos y confusiones. -Que el en realidad… que lo que pasa… es que no se que haces acá… que es todo esto…

-Nada Proto, mi cielo. Ya me contó el rusito, que no tomás las pastillas, que cada vez estás peor.

-Qué peor de que? qué puede decir él?. Acaso estás mejor, eh? Pinche pacheco. Y señalando las nuevas curvas de su mujer. –Y vos? Que te hiciste? Ni se quien sos vos… ya no te reconozco. Te venís del otro lado del mundo para decirme, a mí? Que estoy mal…

-Ves que estás mal, Proto. Que como qué quien soy? Soy yo la madre de tus hijos. Te dije que me iba a hacer unos toquecitos.

Dijo refiriéndose a los implantes de varias tallas de pecho y cadera y la extracción de las ultimas costillas combinado con los hilos rusos y la dermosucción lipolizante, más un tanning de soplete.

-A pesar de todo sigo siendo la misma. Cambio para seguir igual.

Terminó, frunciendo los labios inflados de botox.

-No veo como pueden decir que estoy mal. El rusito que nunca tuvo pareja estable, ni trabajo fijo, vos que no sé ni como describirte en tu transformación artificial en base a un modelo impuesto por las revistas. Parecés una Barbie del Tren Fantasma. Y me dicen que el loco soy yo? Que yo soy el que se tiene que arreglar en chasis?

-Si, si. Dijo ella tajante. Tenés que hacer algo por vos.

-Yo pregunto…. Dijo curioso. – Que es lo que tengo que hacer por mi? Además de venirme a vivir a otro país a laburar.

-Dejá de hacerte la víctima, te viniste a México a descansar de mi y de los chicos. Dijo ella interrumpiendo.–Vos tenés que parecerte a algo, Proto. No podes seguir viviendo así.

El Proto suspiró, se deslizó en la silla, aflojándose, dejando que su cuerpo tome conciencia del aquí y ahora, se dejaría llevar, estaba resignado a que sería nuevamente llevado a descubrir que vivimos a través del reflejo de los otros, que ese juego de espejos es la vida misma y nuestro deseo se entrelaza con los relatos que cada uno se cuenta.

-Así cómo?

-Así, viviendo en la crítica adolescente, en un limbo de los puros e incontaminados jueces de las conductas ajenas. Proto, tengo la solución para vos. Y por eso me vine a México, aunque sea temporada de lluvias y no se pueda ir a la playa. Mi vida, corazón, te hice caso. Estuve leyendo. Si,  no te rías, no leí un libro, leí varios libros. Del método Kinam, de los Kuinos y los Toltecas. Ahora estoy leyendo lo de Maria Sabina. No te rías. Al final te doy la razón, todos tenemos que curarnos. Yo voy a hacer la ceremonia también. Pero al que más le hace falta es a vos. Te voy a llevar con una Chamana que te va a enderezar el espíritu, vamos a saber por fin cual es tu animal totémico, cuales son tus cuatro casas, confirmar lo de tu carta astral Proto, que seguro diste mal la dirección.

-Son tonterías. Yo también leí del asunto y vivo acá hace más años que vos que recién llegás y el rusito que jamás salió del DF, va a ir de una chamana? Lo de los hongos será por fines meramente psicodélicos. De Mircea Eliade a Castaneda me leí todo lo que quieras y te digo que es una trampa sagrada, un engaño místico. Acá, cuatro cuadras, en el Mercado de Sonora tenés chamanes. Tengo un primo en Córdoba que es chamán, psicochamán.

-Pero es distinto. Vamos a ir a uno de verdad. Muchas celebridades vienen acá a las sierras a tomar hongos con los chamanes y que se les endereza el futuro, ves tu vida como en una película. Se vuelven más ricos y más famosos. Ya arreglé todo con la agencia. Vamos a ir con la misma que fue el Dalai Lama, que fueron Brad yla Jolie.Estágarantizado. Nos vamos a Oaxaca, de la agencia nos reciben, nos llevan, hacemos la ceremonia y nos traen. Todo perfecto. Ceremonia chamánica, transporte, alojamiento, desayuno, entrada a las ruinas, todo incluido. Las comidas son por nuestra parte, habrá algo abierto, supongo. Algún restaurante, o algo. No?

-No, no. Diganmé que sigo dormido, que estoy soñando, que esto es un alucine. No. Una ceremonia chamánica incluida en el paquete. Que ruinas? En la sierra mazateca? Ruinas?  No, para eso me cruzo al zócalo o me voy al mercado de Sonora, a que me tomen el pelo, me sale más barato. No podés creer esas cosas. No voy a ser parte de eso. De un chamantour, no!

-Ay, Proto. Vos no tenés fe en nada. Ni en las pastillas, ni en el psicoanálisis, ni en la cirugía creés. Así que qué perdés con probar? Además no es chamán, es chamana. Una de las trece abuelas chamanas del mundo, Proto. Es un patrimonio cultural, un rito ancestral. Vamos tomamos los hongos mágicos, hacemos realidad nuestros deseos, y volvemos. La medicina mazateca tiene secretos insospechados.

Dijo ella de pronto muy etnopsiquiátrica. El Proto dudaba, movía las manos, perdía la mirada. Su mente racional se negaba a dar crédito a las curaciones mágicas, su mente adicta a las sustancias no quería perderse la experiencia, su mente espiritual decía que debía mantenerse sobrio, sus voces se habían callado totalmente y en la sala vacía que era su cerebro sólo se escuchaba la molienda mental en la voz del Proto que a su vez eran muchas voces.

-Hacéme caso, de paso conocemos Oaxaca, que dicen que es muy linda.

-Si, muy linda y muy violenta. Dijo regresando de su ausencia. -Además Huatla queda al norte del estado, conviene ir por Puebla, en colectivo. Es temporada de huracanes y no te creas, que sí llegan hasta Oaxaca.  

Dijo el Proto un poco más relajado al saber que era una chamana

-De ninguna manera. Ya averigüe. Nos vamos a Oaxaca en avión de allí nos llevan en una Suburban a Huautla, con servicio de música, baño y snack bar. Esto es México, Proto, no podés salir en colectivo así como así. Vos viviste estos años acá, no me vas a decir. No me vas a mandar a una Terminal, a ir en autobús a las sierras

-Si lo fuésemos a hacer. Nos conviene ir por Puebla. Fue toda la respuesta del Proto.

-No, ya está decidido. Lo vamos a hacer. Y nos vamos en avión, allá nos espera… Dijo fijándose en una libreta en la que tenía anotaciones, folletos, pasajes, vouchers y documentos. -Irina, la guía oaxaqueña que me recomendaron. Ya hablé con ella. Todo incluido. All inclusive, así se dice? preguntó mirando al Rusito, que puso cara de mmsé…

-Bueno, como se diga. Nos vamos. Terminó ella con esa mirada de poseída por el mal del insomne que ha estado puliendo y repujando sus ideas a lo largo de una tensa noche.

-O sea que vamos a ir. Dijo el Proto resignado. –Y pensás que me va a hacer bien?

agosto 22, 2010

Un sueño nada más

Filed under: Uncategorized — Protochilango @ 8:03 pm

Los golpes desaforados del Rusito se fundieron con los últimos retazos del sueño sacando al Proto de su pesadilla culpógena. Había estado toda la noche soñando voces. Un diálogo sordo de su voz con él mismo, voces que iban y venían, intervenían y terciaban categóricas.

El soñador era un foco incandescente que miraba las sombras del aliento parlante.  De a ratos conseguía dormir, de a ratos se despertaba sobresaltado por gritos y discusiones dentro de la pieza, se despertaba dentro de un sueño en que se despertaba dentro de su pieza. Se veía dormido, todo en silencio y de pronto. Tom Pom Plom. Proto culoroto.

Las voces se iban a apagando en un susurro de cuchicheos acerca de lo malvado que es el Proto, lo raro que es el Proto, mirá que pegarle un tiro… lo malo de todo esto son las enfermedades del pulmón, viste? Por el plomo. Mirá que chico malo, tirarle al loro, vos sos no sos, dejálo que se duerma, vos sos un no sos, que se haga el dormido. El plomo se pasa a la sangre. No sos nosos. Fue en la garganta, a tu propio primo. Nos Stomp. Le quedó atravesado el Plom! Vos le tiraste a loro. Pom!Pom! ya le estiraste al toro. Pom pam prom!, Proto!

Eran las diez de la mañana. Los golpes  se convirtieron en un fluido verbal que fue tornándose conciencia de la realidad de su existencia chilanga..

Se levantó, estaba un poco mareado, confundido. Una mezcla de calma y excitación lo había invadido. El cuadro iba tomando forma. Sabía que estaba loco pero solo  había sido un sueño. Esta era la realidad. Sentía una extraña vibración en toda la habitación. Se envolvió con una frazada y fue a abrir la puerta pensando en que haría el Ruso a esta hora de la mañana.

Abrió la puerta, el sol azteca entró inclemente  dejando entrar a un rusito exaltado que irrumpió en la austera pero desordenada habitación que el Proto ocupaba en la azotea del hotelito de cubanos.

-Bajá Proto. Que te tengo una sorpresa, recién traída de las sierras, ta’ fresquita como una lechuga.

El Proto sólo atinó a derrumbarse sobre su cama revuelta y taparse, envolverese como en un capullo para evitar la luz que el ruso arrojó certeramente sobre él al descolgar la toalla que oficiaba de cortina.

-Dejáme dormir! No pegué un ojo en toda la noche, Ruso. Además ya no fumo de la verde.

-Ya macho, levantáte. No se trata de mota. Tengo a  tu jermu, allá abajo. Llegó esta mañana, trajo criollitos, peperina. Todo fresquito.

-Dejame dormir, rusito… Dijo el Proto somnoliento, hasta que dio un respingo como tocado por una descarga de mil abejas. -Que a quién tenés abajo? Dijo saltando de la cama, intentando decidir si estaba más ofuscado por haber tardado tanto en descifrar el giro lunfardo del vesre del rusito canyengue o por que su mujer está abajo y él ni sabía que venía. Al no saber que contestarse siguió preguntando. -A quién tenés abajo?

-A tu mujer, tenés que bajar. Es la única que te puede entender, Proto. Esto ni te lo soñabas. Siguió intentando que el Proto se levante, esta vez arrancando las cobijas con las que el Proto se envolvía la cabeza. -Tenemos un plan para vos, ya estuve viendo los detalles, los pasajes y la clase que tienen que tomar, todo … Dale Loco levantate!.

Como siempre en su vida, el Proto terminó cediendo.

Se levantó como un autómata. Buscó su ropa, pensando que se tendría que bañar, que afeitar, queriendo volver a dormirse. Pensando que si no es sueño acaso toda la vida. Como hacer para dormir despierto, para soñar lúcido. Porque vino su mujer? Deambulaba murmurando por toda la habitación.

Cada tanto insultaba al Rusito por no haberle dicho, por ser mal amigo, por pensar que no iba a entender, que se iba a escapar de vuelta. Luego se tranquilizaba y con la cobija colgando revolvía el canasto de ropa que era su closet.

-Dale Loco! Que no tenemos todo el día, esto es un blog, no la Biblia. Dijo su amigo sacándolo del ensueño que lo envolvía y recordándole que tenía una sorpresa para él, además de la visita conyugal, que esto si le iba a enderezar el chasis, que con su mujer habían planeado todo sigilosamente.

Para que se vista más rápido el rusito le alcanzó lo que encontró sobre una silla desbordada de ropa, una camisa hawaiana, una camiseta musculosa, un pantalón militar azul oscuro y unas zapatillas de tenis  blancas como la nieve. El Proto completó su indumentaria con colgantes de promesas, un rosario y un atrapasueños.

-Mejor dejamos esto para la noche. Dijo el rusito retirándole el artilugio sioux al que el Proto le atribuía poderes hipnotígenos y oniroprotectores.

Bajaron.

agosto 21, 2010

La escucha feroz

Filed under: El Proto a la fecha — Protochilango @ 4:14 pm

El rusito aún no se recuperaba de la impresión de los Señores Ruiz y las canciones de la patria, cuando el Proto le suelta sin anestesia que ha estado enviando guiones radiofónicos a reconocidas emisoras de amplia audiencia.

El Proto era inconciente de que sobre el pesaban argumentos migratorios que le impedían emplearse en cualquier rubro que tuviese contacto con la sociedad mexicana y mucho menos con aquellos de indole cultural que pudieran poner en riesgo los significantes del pueblo orgullosamente mexicano.

El rusito se acordaba bien, el Proto nunca había registrado el episodio. Les habían leído la sentencia en Migraciones de Horacio, ya la de Ejército no tenía jurisdicción con casos como estos.

En un lenguaje leguleyo, le restringieron las actividades permitidas luego de que el Proto, con dineros de la beca del CONARTEA, inició una campaña de acciones callejeras utilizando plátanos para demostrar la honradez de los diputados, cirios ensangrentados y cubiertos de mierda para simbolizar la pureza eclesiástica, fuentes llenas de taxis verdes y camalotes para enrostrar la degradación del ambiente natural y el urbano.

-Pero que le mandaste, Proto? Que voy a hacer con vos, Proto? No lo habrás mandado con tu nombre? que dirección pusiste?

-Calma radicales. Calma, Kalma café. Que le puse un cerdónimo y la dirección del Gordo Moon.

-Pero que le mandaste?

-Le mandé un guión de media hora con noticias onomatopéyicas, es decir una cosa muy sensorial, más bien cenestesiconceptual. Primero se hacen los ruidos de la noticia, se reproducen las emociones, se revive el ritmo discursivo de una realidad sonora que va narrando los hechos sin un sintagma que la contenga. Después se lee la noticia  normalmente y el radioescucha va retroduciendo la escena, recuerda lo que oyó y vio en su imaginación y ahora lo relaciona con los datos que le va proporcionando un sistema informativo verbal, en un código compartido, para utilizar el lenguaje aeroportuario.

– Reproduciendo, no será?.

-Nop. Es retroduciendo, como una deducción retrógrada. Leéte el Signo de los tres, de Bereok, Eco y Maturana, allí lo explica.

-Y vos pensás que eso va a funcionar? Dijo el rusito decepcionado porque por un  momento creyó haber descubierto que el Proto inventaba las palabras. -Yo creo que el radioescucha, como le decís al chabón que escucha la radio, quiere que le lean el diario, le cuenten un chiste y que lo hagan llamar para ver si se gana algo. No sé, creo que la gente se la quiere llevar más liviana.

-Más liviana, si es cierto. Alguna concesión al entretenimiento hay que hacer, por eso… También le mandé otro guión, más lúdico.. más zen. Uno corto, de sombras chinescas, el concepto es simple pero contundente. El locutor hace sombras chinescas que le va relatando a sus oyentes, o radioescuchas como te gusta que les diga. Cada bloque puede ir precedido de una breve descripción de la técnica de las sombras chinescas, su origen, los grandes maestros de las sombras chinescas. La idea es genial y sobre todo no tenés las limitaciones del la televisión, ni del cine, que ahí sí tenés que hacer las sombras chinescas. Acá las imaginamos, pero el oyente siempre tendrá ese margen para la fantasía de si la sombra que está imaginando es la misma que está viendo el locutor según lo que esta narrando. O si realmente estará haciendo la sombra chinesca o sólo imaginandolá. La idea es genial, simple, bajo costo de producción y un alto impacto estético en la audiencia. Es como una pregunta zen, el hablante verá la sombra chinesca? o seré yo la sombra chinesca de una voz en la radio? Como ves, rusito, no soy un genio?

Ya estában frente a la puerta del hotelito de cubanos que comenzaba a despertar con el aroma a café, a plátano frito, a ron, manteca y pan del día que iba filtrándose desde las profundidades de las cazuelas, trepando  por los balcones, saliendo a la calle bajo las briznas de niebla que desaparecía con las primeras luces de la mañana.

Antes de entrar el rusito rogó a los dioses Orixás que lo asistan para que la Mulatona no lo regañara por andar toda la noche afuera. Los arrebatos filosóficos del Proto podían llevar toda una noche, descontando el buen rato que se pasaron en el billar a instancias del ruso.

-Proto. Dijo el rusito circunspecto tomándole los brazos a su amigo. -Vos no podés seguir viviendo así, yo tengo que intervenir, ya no me quedan cartuchos para ayudarte, loco, pero algo tengo que hacer. Vamos a tener que buscar ayuda. No tenés ningún familiar que venga a buscarte.?

El Proto abrió los ojos, sorprendido por la pregunta de Rusito, puso su sonrisa beatífica y negó fuertemente con la cabeza. No dijo nada. Sabía que su boca estaba seca y no podría relatar la maraña de relaciones y distancias; de idas y vueltas, su lenguaje no alcanzaba para describir eso que las voces llamaban Famiglia.

El Proto imitó el gesto  a su amigo, lo tomó de los brazos y atrayéndolo como un padre, lo miró con la dulzura del que ha dejado todo atrás y dijo que sí. Si Rusito, sí, busquemos ayuda. Siempre habrá una mano gaucha dispuesta a socorrernos, si es de la familia no importa, mientras sea sanito….

-No Proto, esta vez el que necesita ayuda sos vos. Necesitás un profesional, alguien que te enderece desde el chasis.

El Proto asintió rápidamente al sentir que su estómago crujía. Murmuró que sí, que desde el chasis, y sin perder la sonrisa beatifica, repitió que » Esta vez sí, que desde el chasis». Sonriendo, le pasó el brazo por los hombros al rusito y se adentraron en las penumbras del hotelito de cubanos, guiados por el olor del desayuno que se gestaba en la cocina, esperanzados de que la Mulatona y los Orixás los asistieran como de costumbre.

Alguien voló sobre el canto del loco

Filed under: Uncategorized — Protochilango @ 4:03 pm

El rusito, pareció salir de su letargo canabico y preguntó.

-De que Ruiz estás hablando Proto?

-Los de las mañanitas. Los señores Ruiz. La que te cantan en el cumpleaños y en cuanta ocasión festecelebratomemorativa se les presenta. Ruso no me vas a decir que no la escuchaste?

-Si, boludo. Millón de veces y en ninguna parte habla del tal Ruiz. Ni de los Ruiz, ni de los señores.

-Si claro, ahora el tarado soy yo que porque hace menos años que estoy acá no me sé la letra de Las mañanitas. Millón de veces, millón de veces… para haberla escuchado un millón de veces, en el tiempo que llevás acá tendrías que haberla escuchado unas cuatro, cinco mil veces al año es decir, que por día… sin contar los bisiestos… mmmhh…

-Ya sé que no son un millón, ya sé. Pero en dónde habla de Ruiz?

– Donde dice… y en la piiiila del bautiiiismo… cantabaaan los Ruiiiz señores… No me vas a decir que no prestaste atención. Serán de algún un trío olvidado en la memoria, Don Ruiz la voz de la mañanita. Siempre me lo he preguntado y mirá que he buscado en el google, preguntando a gente y nada, eh? nadie sabe de los Ruiz de las mañanitas… es más me miran con esa cara rara que ponen cuando no te quieren decir, ni preguntar, que parece que se van a reir pero termnina diciendo Nú sep…!.

– Proto, los ruiseñores. Dijo el ruso deteniéndose,.No podía asimilar semejante asociación y caminar al mismo tiempo. -Los pájaros ruiseñores, esos bichitos que cantan, viste? Cantan los ruiseñores, no los señores Ruiz, ni nada que se le parezca.

Dijo el rusito dándole  una amistosa bofetada al Proto, que empezaba a deconstruir sus caprichosas escansiones en las tonadas populares, para adecuarlas a lo que estaba queriéndo decirle su amigo.

-Claro que te van a mirar raro. La canción habla de una bella mañana y que más lindo que unos pájaros, o ruiseñores para más poesía, cantando en un bautismo.  Es que sos más rebuscado, más raro que un chino rubio, o que un mexicano…

-Ah… o sea que no eran personas. Dijo el Proto interrumpiendo. -No son unos tipos Ruiz, son unos ruiseñores en la pila del bautismo… Ya caí.  Que imagen tan Disney, los pajaritos cantando. Sacada del santoral de la vulgaridad. Cursilería púra, mejor me quedo con los Ruiz, de traje y guitarrón.

-Los ruiseñores cantan muy lindo. Dijo el ruso ornitológicamente.

-Mmsé… pero igual es muy Disney… y no está mal, es una canción cursilona, un poco desmadejada… y que tiene un cierto tinte de reproche ante el hijo que sigue durmiendo y el día ya madura, y él no, digo, el hijo, mi bien, despierta. Mi bebé, siempre será mi bebé. Pero igual, está buen para programarla para la mañana. Siguió el Proto embalado con su idea. -Hacemos la aclaración de los de los Ruiz, podría servir como para una nota de crítica literaria surrealista, algo así “Los señores Ruiz o los oídos del gnomo en las mañanitas del rey Deividelé”. Como ves? Lo publicamos en Algarabía, o en Las letras tristes.

– Mmsé. Replicó el rusito, desconcertado por las ocurrencias de su amigo, que seguía hablando sin parar.

-Todo el tiempo que fui Elegido de Dios, me la pasé pensando en cosas como esas, te das cuenta? Allí me ilumine, cuando dejé de ver. Una deprivación sensorial parcial.  Además escuchaba radio, todo el día, hasta varios emisoras juntas, como había una que tenía los padrinos, la ponían como en radio red, radio fórmula, reporte 98, así esas de la pura realidad minuto a minuto, los tipos se enteraban de todo por ahí.

La mirada del Proto se perdió en un abismo lleno de recuerdos y traiciones. El desarraigo, el transpalnte y el arraigue constante de su vida errante, de bajada del muerto, de las pieles lejanas y su soledad añosa, el abandono del Carnal, el paso por el Mictlán, la visita de Santinho y la Xica Rogers, las señales del Kinoloviu, todo desembocaba en Los elegidos de Dios.

El Proto siguió contando como si lo viera.

-Los pabellones… no se veía para afuera, estaban pintadas las ventanas, bastante oscuro todo. No se veía para afuera, te das cuenta Rusito?. Ni si era de día o de noche. A veces nos dejaban escuchar radio a nosotros, los internos, pero en el pabellón eran salvajemente gruperos, la zeta, 97.7 la numero uno en éxitos, la FM Amor, Clásicos 92.1, el Panda Show y el David Páramo, con no tires tu dinero.

-Ese tipo me cae gordo, me parece un patán con micrófono. Dijo el Rusito recordando la vez que le consultó sobre la posibilidad de sacar un crédito hipotecario  contando como ingreso los créditos de las tarjetas Visa.

-Si, es un agreta.  Lo escuchábamos por eso, para juntar bronca contra los padrinos, nos imaginábamos que… bueh, pero ya pasó, ya estoy afuera. Cuando estaba desesperado y lograba cacharme una radio para mí, escuchaba la IMER, la dobleU, la Ibero, la Que huelga, por ahí captaba la UNAM o la 94.5 Ah!… Que delicia sentir que viajaba libre por los sonidos y las voces, ponerme mi mejor ropa e ir todos los jueves al Club Caballeros, luchar con los del CGH por la libertad de los compas encarcelados injustamente, curiosear el glamour de la buena vida con la Marta de Bayle.

Proto se había sensibilizado mucho al recordar su paso por Los elegidos, el rusito sabía que era una historia que el Proto no terminaba de digerir y lo escuchaba atentamente.

-La radio fue lo que me mantuvo vivo ese tiempo. La radio era mi ventana al mundo. También la escuchaban ellos, los carceleros, los padrinos. Seres perdidos, equivocados como toda oveja descarriada. Querían descargar su odio sobre nosotros, transferir alquímicamente su propia degradación a nosotros, con algunos lo lograban, conmigo no, conmigo no. La radio fue mi ventana al mundo. Saber que había un afuera, un mañana, que la libertad y la belleza están dentro de mí. La radio ha sido un medio que siempre estuvo conmigo, desde chico, mi papá tenía una radio, te conté?. Es decir fabricaba radios y tuvo una propaladora de esos camioncitos que van dando los anuncios. En fin, el caso es que le mandé unos guiones a varias producciones a estos emporios radiofónicos, pero hasta ahora ninguno ha sabido apreciar algo que sería como traer a México al Teatro negro de Praga pero en radio.

Un águila guerrera.

Filed under: Uncategorized — Protochilango @ 4:01 pm

Envuelto en una bruma inusual para esas fechas, el zócalo chilango estaba inmóvil.

Entre la niebla, el Rusito y el Proto adivinaban las siluetas de empleados tempraneros, de borrachos tardíos, a taxistas con sus puertas abiertas que se habían parado a escuchar el Himno Nacional y ver a los soldaditos que izaban la bandera tricolor con su águila comiendo una serpiente sobre un nopal. 

El cuadro patrio era una velada figura que se adivinaba a medida que se iban dando cuenta de la situación. Eran dos sombras apátridas juntando la noche la noche con el amanecer. Pocas veces se desvelaban. Por lo general tenían hábitos regulares, se despertaban poco antes del medio día, hacían sus tareas mundanas, a eso de la oración se fumaban un porro grueso como un bastón. 

Últimamente el rusito fumaba solo, desde que el Proto se convirtió en un Elegido de Dios, había dejado el hábito. Hacía unos ejercicios respiratorios que lo dejaban más colocado que un chutazo. Su iluminación mística en los Elegidos y la hiperventilación lo ponían en un estado de flujo emotilálico acompañado de una certeza lógidifusa que no admitía contrastaciones, algo  parecido a un satori de cien megatones pero indeciso.

En ese estado habían salido a caminar la noche anterior, la niebla demoraba el amanecer apra darles tiempo a llegar antes de que la Mulatona se despertara.

Ya iban dejando la plaza bajo las miradas adustas de los cumplidos ciudadanos que permanecían inmóviles al grito de firmes y el ruido se fue alejando como para distinguir lo que el Proto venía diciendo.

 -…. se durmiera con La Guadalupana y se despertara con Las mañanitas o El rey, o ponele unas de Cepillín, este país sería muy diferente, sería mejor. Lo que quiero decir, es que acá te ponen el himno en la radio a las 12 de la noche y a las 6 de la mañana, te lo hacen cantar en la escuela y cuando habla el presidente, por suerte este no habla muy seguido. Te lo ponen desde chiquito. Se te graba, se te graba, se te asocian una serie de reflejos afectivos, por así decirlo, que te hablan de cuestiones ligadas con la muerte. La guerra, los sepulcros, el honor, los cañones y la sierra chica. No se, yo creo que… no digo que no me emocione cuando siento el Oíd mortales… el con gloria morir..

 -Con Gloria dormir, al menos. Dijo el rusito libidinoso.

 -Como no van a querer resolver todo a los tiros, hacerse de lanzacohetes y cuernos de chivo y pistolas doradas con cachas guadalupanas, si le machacan el Mexicanos al grito de guerra mañana, tarde y noche. Al grito de guerra, el extraño enemigo, guerra en el monte, en el valle, en la calle, horrísono, ya esa palabra alcanza para abolir el himno completo y que tus campiñas con sangre se rieguen, otra frase tremenda. Para el olvido.

 El Proto se calló unos instantes mientras cruzaban por Bolívar hacia La Palma, el Proto entre los taxis y el Ruso por la esquina. Cuando se juntaron, el Proto la siguió con el mismo tema.

 -Creo se me ocurre hacer un experimento. Te digo, para ver si surtiría efecto… estos de las cancnciones, de cambiarle el ánimo al país… al principio habría que aislar una zona del país, digamos neutral, así a nivel idiosincrasia mexica promedio, de tortillas diaria y la cheyenne apá? Y una proporción de degollados y balaceados por kilometro cuadrado que represente a la nación. Aislarla pero no incomunicarla, aislarla de influencia del himno nacional y corridos y canciones rancheras. Hacer un análisis de los niveles de violencia, en todos los ámbitos, no solo las ejecuciones y descabezados, no sólo esa, no. Toda, la pasiva, la intrafamiliar, la de pareja de genero, la de mano dura y tal. Y a esa región aplicarle no sé… por unos, que querés… seis meses la receta de cambiar el himno nacional por dulces canciones populares, la Guadalupana me parece perfecta a la media noche, para la mañana Las Mañanitas de cajón, salen con fritas a las 40 principales.

El Proto seguí enumerando canciones para cambiar los ritmos emotivos de una patria balaceada.

-El Rey para el mediodía, cuando el ánimo empieza a fallar… Quien habrá sido el Rey David? que tendrán las mañanitas? Porque le habrán puesto mañanitas? Maña Anita? Mañanita, cómo ahorita? O será que el Rey David cantaba a la mañana. Y a  la tarde que? se llamaba a silencio. David, como vos rusito. Davideleee!.

Dijo el Proto revolviéndole el cabello a un ruso adormilado que avanzaba a trompicones por 5 de mayo.

–Y lo que nunca me explique es que hacen los Ruiz en las mañanitas, si los Ruiz son españoles y el rey David, no sé… me suena como de Israel o Siria, países damascos, por ahí.. pero debe ser por el magnetismo judaico de tu presencia, rusito calandraca.

Concluyó el Proto aludiendo al origen sefardí de su amigo.

abril 25, 2010

La última mirada

Filed under: El Proto a la fecha — Protochilango @ 11:51 pm

La vida en el hotelito de cubanos fue un tiempo de tomarle el pulso a México, de caminatas por el centro histórico, esquivando bicitaxis que estafanpor encima de la tarifa oficial para mantener un aire pintoresco a los ojos del turista, de ver a las hordas de cartoneros, home-less y chicos de la calle que surgen desde la cloacas de una ciudad en movimiento que expulsa pulsa gime late traga y se abre como postales de las casonas del centro histórico que se han convertido en bolsones donde dejarsacarentrar las mercancías. Un sístole diástole en la noche y el día del primer cuadro último reducto de una ciudad que se hunde en lo más alto del valle del sol y la luna.

Proto sorbía su idea de la ciudad de los palacios en una galería de columnas plagadas de negocios fulgurantes de oro de dudosa pureza. Colgantes de la Santa Muerte, replicas del la piedra del sol, colgantes con forma de hoja de marihuana en platinos y esmeraldas, calaveras de oro blanco con perlas negras y signos de dólar con brillantes diamantes. Obnubilado por el brillo de una imagen de la Virgen en tamaño místico, el Proto es presa de una súbita iluminación. México se debate entre un culto a sus ancestros y el modo yanqui de ver la vida. Un rechazo admiración a todo lo que es quiere ser. Esa tensión lo paraliza, desgarra el ser mexicano en una serie de sufrimientos y autocompasiones. México es la poesía de la imposibilidad.

Repitiendo esta letanía, lo busca al rusito que estaba conversando con un poli acerca de que tantito son seis gramos.

– Ruso! Todo se me hizo claro, por fin entiendo lo de las cuatro casas y el carácter mexicano. Todo está acá. Dice el Proto señalando el centro histórico, la Catedral, los murales de Rivera, las viejas que salen de la Bristol, los que paran en la Española acomprar su merenguito, los que buscan El Nivel, los que pasean la mirada buscando clientes, los que hurgan en los tachos de basura buscando latas, vidrio, un trago, algo que no hayan comido.

-Al final todo se vuelve una cáscara vacía en donde se esconde la burla del ser mexicano. O el ser chilango, ser de cualquier ciudad, ser porteño si me apuras, o paulista.

El rusito escuchaba atentamente, tratando de relacionar el súbito arrebato de su amigo con el efecto de alguna droga conocida. Pero los collares de promesas seguían en su cuello, sus ojos límpidos no hacían sospechar ningún consumo. El rusito concluyó que su amigo estaba loco de verdad.

-Hacerse uno con la ciudad es aceptar nuestro lado oscuro, Rusito, junto a nuestra santida, la mierda y el oro todos en el mismo lodo. No queda ningún secreto. Sentirse de una ciudad es agotarle el misterio. Me voy a la mierda. Me vuelvo a las sierras, loco. Un ranchito en Traslasierra, me voy de baqueano a la pampa, o al Tigre me voy para allá, vivo del río y la cestería.

-No quiero más esto. No quiero más ciudad para mis pobres huesos. Quiero sentir la naturaleza, comer mis tomates, tener la lechuga, unos pollos. Basta de ser un dependiente. Sé que te sueno idealista, pero hay muchos como yo y espero que un día te nos unas. Rusito, hay que salir de esta ratonera.

El rusito, decidió seguirle la corriente, acostumbrado a los cambios de humor del Proto, esas inversiones polares de sus impulsos inmediatos que desconcertaban al más equilibrado de los monjes tibetanos. -Y porque no te ponés un bar en San Marcos Sierra? O te vas un monte en Santiago a criar caballos, te ponés un coto de caza, algo de eco-turismo, llevás a los gringos a ver a los Matacos y les explicás de la Pachamama.

Cruzaron Madero corriendo entre los taxiscoches yel turibus que se abalanza centelleando de turistas fotorreicos, flashinantes. Alcanzaron la banqueta y recuperando el aliento el rusito siguió trazando sus delirantes salidas laborales para el Proto.

-Queseyó, en una de esas terminás siendo el chamán de la cuenca del Cochancharava. Quién te dice. Mirá los brujos estos. Dijo el rusito señalando a los que hacen limpias a la orilla de la catedral. -Miralos como rebozan prosperidad, no? Son poderosos brujos, capaces de sacarte las maldiciones, enfermedades, darte riqueza y mujeres y poder. Y acá están, al lado de la santa iglesia y los chilangos pasan por uno y por otro por si las moscas. Se sahuman y se persignan. Donde vas a ver esto, en tu isla del Tigre?. Proto, despertá.

El Proto seguía con su letanía, inmune a los embates de sentido común del rusito. -La ciudad no tiene ya misterios, se ha expuesto, se ha burlado tanto de si misma que se ha vuelto una parodia de lo que pudo ser, tanto oro en sus vidrieras es como una eventración de su carácter recóndito, expone brutalmente ese vacío del alma chilanga, de los adoradores del oro, de la exhibición de las riquezas que envidiamos. El intento de olvidar la podredumbre sobre la que estamos parados.

Volvieron al hotelito, el Proto decidido a hacer su plan para el regreso, el rusito a ver cuanto le duraba la idea, sospechando al mismo tiempo que todo esto fuera otro de los trucos del Proto para prolongar la estadía a costa de la casa. Luego de ducharse se instalaron en la terracita del hotel cubano que daba a Tacuba y La Palma.

Como si hubiera adivinado los pensamientos del rusito, el Proto, de pronto dijo.

-Antes había que tener dinero para vivir en la ciudad y no estar en el campo rompiéndose el lomo para sacar el frijol, el maíz, la papa. Ahora hay que tener dinero para dejar la ciudad y no estar saltando de un metro al taxi y a correr en la ruedita unas diez doce horas, o estar en el puesto a las cuatro de la mañana hasta que se acabe, la verdura fresquecita, el taco humeante. Aturdirse dia y noche en el taxi intoxicado de FM Amor y la densa niebla de alquitranes azufrados que despiden los camiones.

-No es consuelo conocer las miserias de los otros, nadie puede contar los talentos de otro y si ellos se rindieron por contar con pocas fichas, yo no. Yo tengo que contar estas cosas, pero me estoy olvidando como se dicen en argentino, entendés, tengo que volver a darme un baño de argentinidad, de cordobés básico, cuantos años hace que estoy acá? Sabés lo que pensé el otro día, sabés ruso?. Dijo el Proto con un temblor de angustia en su voz.  -Iba en el metro entre Cuitlahuac y Chabacano, y me digo para mi mismo, así como si fuera mi voz más intima, que padre vivir una vida a toda madre, te das cuenta? así bamboleandome en el metro con ese sopor que te agarra bajo tierra, me surgió la frase como una burbuja en el fango de la inconciencia. Vivir a toda madre una vida padre, una vida madre una vida padre, mi padre y mi madre en la misma frase, una vida, soy yo ruso. Soy yo que me estoy perdientdo la vida y me pierdo en la manera de decirme las cosas. De decirlas. Voy a terminar siendo un pelotudo bamboleandose en el metro balbuceando cosas que nadie me entiende ni madre ni padre. que padre no? ni madres. Un Protito, un Protosenecturbano. 

-Me estoy volviendo viejo, en esta ciudad donde nadie conoce a nadie. Una isla de anonimato, es lindo por un tiempo, pero cuando los años te empiezan a pesar querés tener los paisajes de tu infancia en la mirada. Los argentinos tenemos que saber que tenemo’ el mejor país del mundo. Y Sergio Maravilla Martínez es campeón del mundo, de los pesados, como Bonavena, como Galindez, te das cuenta? son señales del resurgimiento de una nueva Argentina, más luchadora, más divertida.

-Proto, dejame decirte un par de cosas, primero vos naciste en Barrio Guemes, para empezar, no? y de grande te fuiste a la Villa. Así que no me vengas con lo de los paisajes de la infancia y además Sergio Martínez es súper welter, vive en España desde el 2002, era campeón argentino de los welter y cuando ganó por puntos, escucha esto… cuando ganó por puntos contra Álvaro Moreno Gamboa en España, primera defensa en el exilio, escucha bien.. la federación argentina le quitó el título. Vuelve cada tanto a visitar a ..

-Porque le quitaron el título? Si ganó por puntos.

Dijo el Proto, que ingoraba que en el boxeo pudiera haber reglas más allá de pegarle al otro todo lo que se pueda.

-Por eso boludo. Dijo el ruso exhibiendo sus conocimientos pugilísticos. -Porque no fue nocaut, los argentinos somos exitistas, si no ganás por nocaut no sos campeón.

-Pero eso es en todas las federaciones? O es en la argentina, nomás?

El ruso se sirvió un poco más de ron, parsimoniosamente armó un cigarro de caca de mono con virginia para que no impregne tanto el ambiente y evaluó si preparaba café o no. Ilustrar al Proto en las complejidades de las libras y  la unificación de los títulos prometía una travesía por la historia del deporte del los puños. La noche podía ser larga.

diciembre 12, 2009

Los elegidos de Dios

Filed under: El Proto a la fecha — Protochilango @ 3:37 pm

Llegó al hotelito. Era un hostal para turistas extranjeros abierto como buffet caribeño durante el día y cibercafé jazzalsero por las noches. El Proto se adentró temeroso. La mulatota lo miraba desconfiada, pensaba que venían a robarle, al verlo con su pantalón caído la musculosa blanca los tatuajes la cabeza rapada el atadito en las manos y los collares de promesas.

El Rusito no lo reconoció al principio, pensaba que lo estaban engañando, que alguien le estaba haciendo una mala broma, que el Proto le había mandado a su fantasma tembloroso de paco y thinner.

El Protopersona tuvo que recordarle al Rusito las viejas historias que sólo ellos conocían, las noches de alcohol, tabaco y confesión, contar detalles que hacen una vida para que el Rusito se convenciera de que era el Proto y que con unas semanas de buena comida cubana volvería a ser el mismo que siempre conoció. El rusito entre trago y trago fue reconociendo los trazos del Proto bajo el andrajo ojeroso que tenía adelante.

-Pensé que te habías ido a la mierda. Dijo el Rusito, con la calidez que lo caracteriza, mientras el Proto no terminaba un arroz con plátanos a la pimienta verde para seguir con un lomito camagüeyano medio picosón con boniatos y chatinos. –Por donde anduviste esta vez?

-Algo de eso hay,  hubo quiero decir, quise decir. Digo, que estuve en el Mictlán. Dijo el Proto seriamente tratando de anudar los tiempos de su mente con el de los sucesos que se le atropellaban. -Me fui a la mierda, en aparte, en parte me llevaron, me levantaron Ruso. Quisieron quebrarme.

-No mames! En el Mictlán? Todo este tiempo? Dijo el Ruso ignorando los ojos llorosos y la voz dramática de su amigo. -Hace más de un año que te nadie sabe una mierda de vos, ni nada y salís con que estuviste en el Mictlán. De verda’ existe esa cosa, Proto?  Vos estás pirado de nuevo,  mirá en el estado en que estás, mano. Parecés uno de esos que cazaban los nazis y me decís que el Mictlán, que voy a hacer con vos, Proto. Yo le voy a hablar a tu vieja, loco, es esto no te te puede ser…. Dijo el Rusito empezando a tartamudear.

-Calma radicales. Replicó el Proto, queriendo bromear. -No fue todo este tiempo en el Mictlán, Rusito, creeme el que no ha descubierto la gloria del saber escuchar, de respetar la verda’ cuando se le pone enfrente, no será salvo. En el Mictlán estuve tres días nomás, ya te contaré. Ahora la cosa es peor, estuve entre Los elegidos de Dios, y no podés advertirlo. Terminó el Proto en un susurro delicuescente de efectos hipnóticos que había adoptado tras su paso por el Santo Tomás.

-Los Elegidos de Dios, pero si vos sos un patadura y tenés como cincuenta años… de jugar en primera. Dijo el petiso sarcástico, bromeando con las canas del Proto. – Además si te llamó el Diego no te puso ni de aguatero, jua! Porque no te vi ni en el banco, mano.

-No boludo, no son los elegidos de ese D10S. No te estoy hablando de la selección sino de la solución final que está implementando el Gran Carnal. El Proto le mostró un recorte de periódico

-Hijos de puta, y como te cacharon, güey? Te estabas falopeando en la calle? Transando? Que onda?

-Na’ que ver. Me cacharon cuando volvía de estar con el Gran Carnal, eso es lo raro. No se si me confundieron con un croto, esta gente hace limpieza social, son los de la limpia humana desta ciuda’. Reciben una lana del gobierno para tener estos centros abiertos y mostrar la ciudad limpia, los metenahí, nos meten, debo decir, hacinados y esclavos, hambreados… por lo menos no los matan como en Brasil o ciudad Juárez sin ir más lejos. Seguro debe ser un curro como el del las guarderías, la grúas, los teibols, ya da asco.

-En todo lo que hace el gobierno hay un curro atrás, nadie hace calles para que la gente ande sino para llenar su bolsa. Agregó el Proto atacando un Ajiaco con Congrí , haciéndole un daño tremendo al buffet isleño.

-Pará Proto, si te tuvieron todo este tiempo a verdura y palos no te abalances sobre el morfe. Que hay para rato. Vamo’ a hablar con laYasmeini que te  puedes quedar acá las noches que quieras, por lo menos mientras yo esté acá. Confidenció el Rusito aludiendo a los arrebatos y enojos de la mulatota cuando el Rusito se hacía el galán con las visitas o alguna de las muchachas de la Bristol.

El Proto estaba débil y subió las escaleras con esfuerzo, apoyado en el rusito y guiados por la Yasmeina se había apiadado mulatonamente cuando se enteró de la historia que había vivido el Proto en este ultimo año y cachito entre la guacha que le rompió el corazón, los deslices del Peusan con el copyleft, la pasada por el Mictlán, la cagada del Gran Carnal,  la elección divina del Santo Tomás. Tanta tragedia en una bolsa de huesos y ella tan carnosa que le ablandó el corazón como a una madre y le armó una primorosa piecita en el cuarto de la azotea.

Hasta allá subieron y se quedaron solos los dos amigos, conversando sobre vejámenes y sometimientos, las largas jornadas y la ironía de que el santo Tomás debe ser el santo de los borrachos porque de otra manera no se entiende que ahora que se supo lo de Los Elegidos de Iztapalapa se quieran venir crotos de otras partes del mundo a armar bolsas y broches a México, dicen que por lo menos hay techo y comida, hasta prometen no mearse en la noche si los aceptan.

El Rusito lo ayudó a tenderse en la cama, le aseguró que estaría bien, que llamara si necesitaba algo. -Necesito irme a la mierda, esta vez sí. Dijo un Proto acurrucado en las cobijas. -Esto no es para mi, la inmediatez del blog, la profundidad de mis experiencias, al autoreferencialidad de mi escritura y mi tendencia a la verborragia me desbordan, se vuelven una trampa tramatica, Rusito. No doy más tengo que irme a la mierda, mis problemas me van a seguir a donde vaya. Dijo el Proto espasmando la cabeza suavemente con su canción en mente mirando fijamente la pared. -Quiero tener paz por una vez en la vida.

El Rusito lo arropó, acomodó sus cosas, apagó la luz y entre las sombras le deseó las buenas noches. -Proto, cortála con el tango, no te olvidés que en este carnaval que es nuestra vida somos los personajes, nada más. Que vachaché, otro punto nos escribe. Que duermas bien, y… chan chan!.

 -Pinche, Rusito. Dejáme dormir… tengo que prepara’  la vuelta, el país lo necesita.

Como la calandria

Filed under: El Proto a la fecha — Protochilango @ 3:28 pm

El Proto reapareció en la vida del Rusito como lo hacía siempre. Pobre, destrozado, azotado por vendavales cerebreconoemocionalcolicos. El Rusito siempre le hacía lo mismo al Proto. Se mudaba dejando unas crípticas indicaciones por si el Proto venía a buscarlo, incomprensibles para cualquier especie de cobrador insistente, cliente insatisfecho o marido enterado.

Las mudanzas del Rusito eran unos criptogramas del estilo… “Donde Cuauhtemoc perdió el poncho y Fidel creció en Tacuba. Pedro Bondi II” El Proto siempre se la ingeniaba para deducir que estaba en el hotelito de cubanos del centro histórico por la ruta dos, donde se alojaba sabiamente en el cuarto de empleados con la mulatona que cuidaba el mostrador.

El Proto les agradeció a los del Gilipollos con las nuevas maneras de monje disfuncional que había adoptado después de su experiencia. Les agradeció que siempre le guardaban el mensajito del Ruso. Les agradeció que le convidaran unos rabos y pescuezos que los clientes no alcanzaban a comer, pero gracias, en estos meses había aprendido a alimentarse con el fruto de su humildad y estaba un tanto saturado de pollo.

Los Gilipollos le miraban sorprendidos, el Proto les agradeció que le permitieran agradecerles y se despidió haciendo reverencias. A los pocos pasos el Proto se volvió, les agradeció mudamente y les dejó unas bolsas del Palacio de Hierro sobre el grasiento mostrador de hojalata y se despidió nuevamente.

Se tomó el pesero de la Ruta 2 – To2 somos ruta 2 de unos cuatro pesos el viaje hasta la morada del ruso, pensaba en que le depararía la noche con la suerte que venía trayendo desde que aterrizó en tierras chilangas. Ya pensaba chilango, muchas veces se encontraba pensado en chale, conversaba de man’ta a man’to en los mercados, aparte del lenguaje y un par de indigestiones sus correrías chilangas no aportaban gran cosa a la humanidad.

Recordaba las veces que había subido a estos mismos peseros acompañado por un padrino,  recitando bendiciones inverosímiles para que los pasajeros les compren algo, bolsas, broches, le acepten el papelito, buscando entre los rostros una señal que lo ayude a liberarse, pero la culpa, la culpa te carcome, cada uno es su propia prisión, todo hay que tomarlo como viene, pero a veces puro es demasiado fuerte.

Tenía que sacarse esas ideas. Ojala el Ruso esté. Tal vez pudiera dormir en el hotel, aunque es temporada alta, se vienen las fiestas, por algo me eligieron a mí, no será que el nombre tiene que ver con algo? Tendrán algo de comer en el hotel? Estará ahí realmente? El ruso es un hijo de puta, mirá que irse a lo de la cubana….

El Proto siempre divagaba cuando iba en pesero, parloteaba en su mente, pensaba varias cosas al mismo tiempo, trazaba castillos en el aire. Se iba por las ramas y se pasaba de las paradas, se olvidaba de hacia donde iba y se bajaba deambulando desorientado así era como le pasaban cosas insólitas en sus extravíos.

Pero esta vez le había venido la desgracia por ir caminando como croto por la vía, con su uniforme naranja de pepenador, pensando en lo culero que era el Gran  Carnal, pateando piedritas, pensado que por más que el fuese nadie no había derecho en que lo tratara así, en eso iba pensando cuando se le arrimó una camioneta, sintió un tirón en la espalda y unas manos lo subieron. 

Nunca supo porque lo eligieron a él. El pesero dobló por Bellas Artes.  El Proto gritó bajan y paró en Donceles y Niño Perdido. Caminó hasta Tacuba  y empezó a buscar el hotelito cubano.

noviembre 2, 2008

Gastromegalia deefequeña

Filed under: El Proto a la fecha — Protochilango @ 10:46 pm

Los pocos valientes que habían acompañado al Proto y al Gran Carnal por las entrañas chilangas habían llegado al lugar del taponamiento final. Todas los arroyos fecales desembocaban en un colon gigantesco repleto de divertículos taponados de diversos personajes acaparadores. Nuestros valientes desatrancadores habían llegado chapoteando en el barro cloacal, abriéndose paso entre los diques de botellas pet rellenas de un líquido ambarino, fruto de hábito chilango de mear en envases plásticos y arrojarlos donde sea, pensando así que el problema desaparece. El Gran Carnal retomó su tono profesoral.

– Mira, bajo la tierra se esconde una gran amenaza. Te explico, restos de comida, materia fecal y animales muertos flotando sobre una marea de humores humanos van navegando en una lenta digestión hasta fundirse en una plasta oscura y condensada con un nivel de mierdosidad por metro cúbico como no se ha visto en otro lugar del planeta, es por eso que los acaparadores anidan aqui con tanta facilidad.

Explicaba Gran Carnal, haciendo un dibujito en las paredes húmedas y vivientes del sigmoideo chilango.

– Mira, te explico. La acumulación de materia orgánica y vapores sulfhídricos en las profundidades de esta tierra volcánica genera gases metanoicos capaces de hacer volar la ciudat con todo y chilangos, sobre todo si se combinan con una lluviecita y un poco de calor magmático. Es un fenómeno, mira, que en Europa y en casi todos los países del planeta no se presenta, porque acá, no sé porque, pero mira, te explico, hemos juntado los desagües cloacales con los pluviales cuando llueve se colapsa el tubo y así tendremos mil Iztapalapas rebalsando de aguas negras, cada que llueve. No es el momento de crear falsas divisiones entre las entrañas defequeñas y mucho menos pedorristas, que cada cual haga de su culo un pito, pero, mira no se puede cagar más alto que el culo y a cada cual su forma de limpiarse.

El Gran Carnal iba enumerando estadísticas acerca de metros cúbicos, succiones inversas, ratio de drenaje por colonia, hábitos fecales chilangos, relación de baños públicos por esfínteres circulantes. Se quejaba de que gran parte del presupuesto se le va en limpiar las cloacas de la ciudad, pagar por destapar las botellas, vaciar su contenido, aplastar la botella, tapar la botella, embolsar la botella, dejar fluir, desatrancar, laxar, lixiviar y aliviar los ríos de mierda que igual fluyen lentamente bajo esta ciudat, hasta ir secarse en los lagos de Texpopo, dejando un barro salitroso con aspecto de pastel reseco, que ni atrae el turismo, ni suma votos.

– A mí me gusta compartir mis visiones de una ciudat verdeciclica. Mira tengo un sueño que no me deja dormir. Te explico, algun día el lago de Texcaca y Xochimilco, se unirán al Texpopo y haremos un parque verde con ciclovías y andapistas, con baños orgánicos, cada familia tendrá sus esfínteres biosustentables.

Gran Carnal soñaba con un DF de lactobacilos armónicos, mientras la mierda seguía llegando.

Pero ahora, la realidad estaban atrapados en las profundidades de un mictlán gastrico y viviente, no encontraban salida, por un lado, el gran taponamiento acumulativo producido por unos pocos millonarios en un país de carecientes, por el otro el aluvión fecal que seguía produciendo el mundo chilango, amenazaba con ahogarlos, sólo una caverna de gases evitaba que perecieran en una avalancha de mierda. No era momento para ser optimistas ni andarse con estreñimientos.

Mira, la solución –siguió efusivo y epónimo el Gran Carnal- es sumergirnos en estas profundidades y sacar el tapón impuesto por los millonarios aliados con los gobernantes y ya que estamos el Carlos Ahumada de Ateliers para quedarse ellos con toda la mierda de este gran país. Te explico, debemos sacar el tapón y que la mierda fluya, que los PiPoPes y los criaderos de cerdos del golfo de la heroica Perote de la selva, se ocupen de transmutar la mierda en el oro que engrandecerá a México ante los ojos del mundo, por mi panza hablará el esfínter.

Terminó unámico el Gran Carnal enardecido, y se internó hacia la tripa de todas las batallas seguido por el pequeño grupo de fanáticos que chapoteaban infantilmente sobre un barro grumoso cobrando coraje para la inmersión final.

-Hay que dejar que la mierda fluya, decía el GC. Su mirada se volvía soñadora imaginado los slogans de campaña. Imaginando una ciudad Activia con Actis regularis perredismus.

–Mira, que fluya esta ciudat, es mi sueño, decía el Gran Carnal enardecido. El Proto estaba de acuerdo y dispuesto a colaborar, esta vez lucharía junto a los malos del lado de los buenos. Debían tener casa, escudo y canción, Proto mojó sus dedos en el barro y rapidamente pintó signos y marcas en el pecho y la cara de cada uno, dandole a cada uno un nombre de guerra, escogió de entre los barros restos de envases y trapos con los que armó un estandarte, los bautizó a todos como la orden de los Laxantes del fuego sigmoideo, improvisó un himno alusivo.

CORO

Somo’ lo’ negro’, lo’ negro’ sigmoideo’/vamo’ sin asco con pedo’ y con meo’/no no’ asustan ni las grande’ cagada’/a lo sorete’ lo’ sacamo’ a patada’. Somo’ lo’ negro’ lo’ negro’ pedorrista’/limpiamo’ cloaca, canale’ y letrina’/ya la’ narice’ la tenemo’ anestesiada/comemo’ hece’, no’ gusta la cagada.

Gran Carnal y su grupo de valientes se internaron en un lodo viscoso a cumplir con la labor humanitaria de vaciar el vientre chilango. El drenaje de las napas profundas estaba taponada por el Turco Fatah, el Gordo Cagueins, los Azcagadas, los Salibas Pedos, los Caca Sada, acumuladores oportunistas que habían impedido durante años la normal circulación del detritus del sistema, cobijados durante décadas bajo el manto del Revolucionario Intestinal, ahora proliferaban y se desarrollaban de una manera Pancreativa.

Nuestros valientes comenzaron a empujar, pero se resbalaban, los gordos y los millonarios se resistían, se pedorreaban, se retorcían como una bola de serpientes, un monstruo con milcabezaspiernasbrazosculospelosvergaspupos de gobernadores, ricachones, funcionarcorruptos, artistontecedores, periodistractores, familiares, proveedores y amigos del gran poder oscuro y visceral que carcome a este país.

Los carnales empujaban y pugnaban por el fluir y los millonarios se empecinaban en retener. Las fricciones se volvían peligrosas, el aire enrarecido, los vahos fétidos, las fuerzas vanas, el cansancio y el aire viciado los dejó exhaustos, echos mierda, deberían usar el ingenio.

Gran Carnal recordó haber leído en alguna parte, tal vez en un libro, la historia de un hombre que encerrado en el vientre de una ballena encendió fuego y logró salir cuando la ballena estornudó, o algo así. Sus aliados intentaron hacerle notar que no se encontraban precisamente dentro del vientre de una ballena. Pero Gran Carnal ya estaba sacando su encendedor Bic que por supuesto no falló y la explosión de los gases metanoicos acumulados durante siglos provocaron un sismo intestinal de 5.9 en la escala de Richter expulsando a los valientes sigmoideos junto a los millonarios en un mismo lodo todos revolcados que fueron a parar por las riberas del Amacuzac.

Un torrente excrementicio inundó los cauces, los puentes, las barrancas fluyendo hacia Puebla y el golfo, llevando en su interior los signos mutantes de una ciudat empachada.

El Proto y el Gran Carnal habían ido a parar por cerca del antiguo camino a Xingoltepec, los pocos automóviles que pasaban por allí se resistían a llevarlos por el aspecto waterclósico que presentaban, solo un tala-montes ilegal se dignó a pararse y los llevaba con la condición de que fueran colgados del parachoques de su camión, no fuera que se vayan a arruinar los troncos. Viajaron colgados, haciendo slalom por las laderas, felices y cantando la mierda se les fue secando y les caía como un fino polvo deshecho por el viento que dejaba atrás la pesadilla nocturna y fecal.

Llegaron a la Delegación de Zaragoza y allí los dejó el camión.

Gran Carnal se identificó con el poli de la entrada, el poli se cuadró y los hicieron pasar a bañarse, en minutos llegó un helicóptero con ropa limpia para el Gran Carnal. El Proto se vistió con un uniforme naranja de los de limpia, que no le sentaba tan mal, salió a la terraza a fumar un cigarro. La ciudad olía a limpio, el aire se sentía puro como un niño, fresco como el rocío de la mañana, desde la terraza se veían avenida Zaragoza, el metro elevado, se alcanzaban a ver los cerros, el Chiquihuite, los dobles pisos y los nudos viales se recortaban fluidamente sobre los bosques de las lomas del poniente.   

Un alivio generalizado se percibía en la circulación chilanga, en las sonrisas que adornaban las caras defeñas.

El Proto quiso aprovechar la oportunidad para ver si el Gran Carnal después de lo que habían pasado, le daba una mano con los papeles. Gran Carnal salió con su comitiva, llevaba un traje oscuro, una impecable camisa blanca y la corbata amarilla, olía a Vetiver, le habían traído hasta el reloj, Gran Carnal se dirigió muy decidido hacia el helicóptero, el Proto se acercó, conversaron unos minutos mientras las aspas de la aeronave comenzaban a girar lentamente.

El Gran Carnal le dijo, ya subiendo al helicóptero. –Mira Proto, ese es un tema federal, son jurisprudencias distintas y en el alcance de mi gestión actual no reconoceré al espurio con ninguna de mis acciones, omisiones o declaraciones. Mucho menos después de lo que hemos pasado, mira, tu lo has visto, y no es casualidad que se llame FeCal. Mejor vete a Migraciones, mano y si no te arreglan el asunto, cuando sea presidente, me vienes a buscar. Terminó Gran Carnal subiéndose los anteojos y abrochandose el cinturón.

Proto no le dejó cerrar la puerta y le preguntó desesperado que si estaba pensando ser presidente en el próximo período o en el 2012? que pasaría con Andres Manuel? que hacía mientras tanto, si no le daban bola en la migra? El helicóptero empezó a moverse, el rugido de las aspas y el viento se llevaron las ultimas palabras de Gran Carnal.

El helicóptero comenzó a tomar altura y el Proto se alejó sacudido por el viento, sentía que lo había cagado nuevamente, víctima de su destino, presa de su desgracia, héroe anónimo y peristáltico de los polidivertículos chilangos.

Una cruda realidad, la noche de muertos termina en una mañana de desilusión.

Las tripas chilangas

Filed under: El Proto a la fecha — Protochilango @ 2:41 pm

Se presagiaba un final oscuro y maloliente. Armandhino les presentó al Gran Carnal, el maestre de las profundidades chilangas. Baqueano de las entrañas del DF, un perro rastreador en los fangos mutantes más allá de los últimos rastros del metro chilango. Conocedor de lo más hondo de lo ondo.

Gran Carnal más bien parecía uno de esos cuzcos pelados, perrito minetero de lengua fuera, más parecido a un cerdito flaco, se hacía llamar Xolotzcuincle y era igual que un perrito, pero con anteojos que se le resbalaban frecuentemente por su nariz. Así, cara de perro pelado como era no dejaba de tener su encanto. Sobre todo en ese entorno.

En el cuarto nivel habitaban los seres ocres. El aroma era una mezcla de tabaco viciado, baño tapado y suDior de fragancias Fraiché, pero en plan bouquet Tepito. Los humos no tenían salida.

El Gran Carnal explicaba que a los habitantes de estas profundidades los iban acostumbrando mediante una desensibilización progresiva al olor a mierda. Las fases iniciales eran difíciles pero en pocas semanas ya disfrutaban y no podían hacer nada si no comían, olían o lamían su trocito de mierda.

Gran Carnal y Armandinho nos iban presentando a los más célebres del cuarto piso. Jabobo Coludovsky, un hombre que ha habla tanta mierda cada día que se tarda unas buenas horas en desagotar toda la que genera. Xavier Muxat Lechuga, la Maestra, los modelos argentinos, el Jugo Sánchez y los programas mañaneros.

Tanta mierda acumulada sin tener a donde ir, fluía lentamente por los intestinos chilangos.

En el quinto piso del subsuelo mictlánico, ya no encontraban turistas, ni visitantes, el Proto quedó librado a su suerte con unos pocos valientes y seguidores del Gran Carnal que parecía inmune al olor y al panorama de residuos flotantes sobre la brillante superficie de las aguas negras.

La caravana pedorrista iba avanzando por unas enormes cavernas y ríos subterráneos. Extrañas inscripciones marcaban el recorrido. Ningún idioma identificable se desprendía de los diseños. Llegaba un momento en que los signos parecían cobrar sentido, pero podía ser la falta de aire y las emanaciones del fluido cloacal.

En estos pisos nos encontramos con personajes como Javier Alatonta, Carlos Loretitere de Moda, Dënise Merdèr, Jesus Martín Mierdoza, Germán Defeca, Yuanín López Boñiga y muchos otros más cagatintas y hablamierdas, muy orgullosos de su producción mental al servicio del poderoso.

Al llegar al sexto piso del Mictlán el aire era pestilente. Gran Carnal explicaba que los males que aquejaban al DF venían de lo que podía considerarse un enlentecimiento de las funciones cloacales de la ciudad. Esta lentitud para obrar, tan propia de los chilangos, viene acompañada de un ansía de posesión, de adoración, los seres que poblaban lo pisos más profundos del Mictlán era cada vez más avariciosos y acumulaban las riquezas a costa de los demás.

Al Gran Carnal le brillaban los ojos al imaginar como destapar las pesadas tripas chilangas.

En su explicación -embelesante de por sí, por venir de un perro parlanchín- el Gran Carnal iba pintando una ciudad orgánica, un ser vivo construido por los hombres. Se extasiaba con el perfil urbano, con la arquitectura efímera y la identidad barrial. Quería recuperar la voz de la ciudad, su discurso era mareador.

-Te explico, el DF no tiembla, se estremece, quiere sacudirnos de encima. Así como ha ido desarrollando diversas patologías y sus pulmones están hechos un asco, el DF tiene un intestino perezozo, y eso debemos solucionarlo, mira, no nos extrañe, que si no hacemos algo rápido, este estreñimiento termine por taponarnos las arterias.

El Proto miraba el lento fluir de las entrañas defeñas con una cierta repulsión fascinante al ver el destino final de la actividad chilanga. Pañales, soretes, condones, botellas, botellas y más botellas navegaban en el río de mierda. El olor fango fecal había sobrepasado los umbrales del olfato. Se preguntaba que seres mutantes se estarían formando en esas profundidades. Las paredes rayadas, las casuchas hechas con cartones, colchones y restos de ranchadas hacían pensar que sus ocupantes huían de la presencia humana.

El Gran Carnal, siguió explicando su idea de que las evacuaciones chilangas fluyan hacia la cuenca del golfo dejando salir las masas intestinales de la ciudad más atorada del mundo. Gran Carnal se remontó a los aztecas para hacernos saber que ellos dominaban los manejos cloacales por separado de los emanados por Tlaloc, es decir el agua de lluvia por separado de las aguas negras o servidas. Tampoco dejó pasar el detalle que todo esto fue destruido con la llegada de los españoles. Cuando por sus ansias de oro, de acumular riquezas, construyeron una ciudad trancada en un lago estancado.

El sueño de Gran Carnal era una ciudad como en donde vive su hermano. Con prados de flores, el aire limpio y las niñas andando en bicicleta por un DF afrancesado. Pero su visión de un DF bucólico y parisino era amenazada por los afanes posesivos del Turco Fatah. Lo conocerían al llegar al noveno y ultimo piso del Mictlán. Allí donde se acumulaba toda la mierda de la región más astringente.

El Proto miraba a las fuerzas laxantes intentando destrancar el DF. Sus preocupaciones por los efectos del río de mierda sobre los poblanos, se habían diluido cuando el Gran Carnal le explicó la capacidad de los PiPoPes para tragar mierda. Menuda sorpresa se llevaron los valientes limpiatubos cuando llegaron a lo más profundo de lo hondo del Mictlán y se encontraron con el Turco Fatah y el Gordo Caguens haciendo lo imposible para que la riqueza acumulada en siglos de estancamiento y desvío de mierdas diversas no se fuera por el excusado, por así decirlo.

Gran Carnal luchaba para que la mierda fuera para todos, que se excretara parejo, que el fluir de los abonos sirviera para el bienestar de todos, el Turco Fatah y el Gordo Caguens insistían en acumularla. Todos la querían para sí.

La lucha podía terminar de manera hemorroidal o diarreica.

Quien sabe cual será el destino del bajo mundo mictlánico.

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